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La violencia sexual es una de las formas de violencias más extendidas por el mundo y con mayores consecuencias sociales, económicas y políticas, que descansa en la apropiación del cuerpo de las mujeres como forma de dominación masculina.

Según un estudio del Ministerio del Interior (2021), en España el número estimado de casos de violencia sexual asciende a 400.000 al año. Un 25% de estos casos, son provocados contra menores de edad. Del total, solo el 2% son detectados. Se da principalmente hacia mujeres y menores, aunque está presente en todos los estratos de la sociedad. Tanto a nivel mundial como en nuestro país, las estadísticas de comisión de delitos en este terreno son realmente alarmantes. 

Si bien desde instancias internacionales se potencian esfuerzos para crear normativas a fin de proteger a las víctimas, la lucha para erradicar la violencia sexual requiere la implementación de medidas y políticas educacionales y de concienciación a la sociedad, resultando necesario poner en funcionamiento mecanismos que permitan actuar con anticipación para reducir los comportamientos asociados a este tipo de violencia, tarea que corresponde y trasciende a disciplinas de la más variada índole como el derecho, la psicología, el trabajo social, la sociología, la pedagogía, la medicina, etc.

De igual forma, se hace necesario abordar aspectos tan trascendentales como el derecho a una reparación justa, como un pilar básico de la justicia que debe incorporarse al debate social y jurídico, así como el tratamiento de la víctima desde un punto de vista psicológico, jurídico y social.

En este contexto, la Consejería de Familia e Igualdad de Oportunidades de la Junta de Castilla y León, a través de la Dirección General de Mujer, está desarrollando el proyecto presentado y aprobado por el Ministerio de Igualdad, que, en otras actuaciones, recoge la puesta en marcha de Centros de crisis para víctimas de agresiones sexuales, como servicios públicos interdisciplinares de atención permanente, que ofrecen asistencia en crisis para víctimas de violencias sexuales, sus familiares y personas del entorno.

Partiendo de esta premisa, se plantea la necesidad de una formación integral que permita la comprensión y en abordaje del fenómeno, que incluya los saberes y perspectivas provenientes de diferentes disciplinas, tratando de ofrecer una visión lo más global posible del fenómeno de la violencia sexual, de su prevención, así como de la reparación a la víctima de este tipo de delitos.

La formación que ofrece el curso "Violencia Sexual: prevención, detección e intervención profesional" pretende formar a profesionales de las diferentes disciplinas que intervienen en la prevención, detección e intervención en situaciones de violencia sexual.

Las temáticas que se imparten en el mismo están preparadas para lograr paulatinamente visibilizar y sensibilizar en la realidad de la Violencia Sexual, profundizando en las herramientas de sensibilización, diagnóstico y valoración, favoreciendo espacios que ayuden a las trabajadoras y trabajadores sociales que intervienen en esta materia, a la reflexión y el análisis. Todo ello con el objetivo de favorecer la eficiencia de la intervención profesional, unificando criterios sobre las dificultades que se presentan en el trabajo diario.



La violencia sexual es una de las formas de violencias más extendidas por el mundo y con mayores consecuencias sociales, económicas y políticas, que descansa en la apropiación del cuerpo de las mujeres como forma de dominación masculina.

Según un estudio del Ministerio del Interior (2021), en España el número estimado de casos de violencia sexual asciende a 400.000 al año. Un 25% de estos casos, son provocados contra menores de edad. Del total, solo el 2% son detectadosSe da principalmente hacia mujeres y menores, aunque está presente en todos los estratos de la sociedad. Tanto a nivel mundial como en nuestro país, las estadísticas de comisión de delitos en este terreno son realmente alarmantes. 

Si bien desde instancias internacionales se potencian esfuerzos para crear normativas a fin de proteger a las víctimas, la lucha para erradicar la violencia sexual requiere la implementación de medidas y políticas educacionales y de concienciación a la sociedad, resultando necesario poner en funcionamiento mecanismos que permitan actuar con anticipación para reducir los comportamientos asociados a este tipo de violencia, tarea que corresponde y trasciende a disciplinas de la más variada índole como el derecho, la psicología, el trabajo social, la sociología, la pedagogía, la medicina, etc.

De igual forma, se hace necesario abordar aspectos tan trascendentales como el derecho a una reparación justa, como un pilar básico de la justicia que debe incorporarse al debate social y jurídico, así como el tratamiento de la víctima desde un punto de vista psicológico, jurídico y social.

En este contexto, la Consejería de Familia e Igualdad de Oportunidades de la Junta de Castilla y León, a través de la Dirección General de Mujer, está desarrollando el proyecto presentado y aprobado por el Ministerio de Igualdad, que, en otras actuaciones, recoge la puesta en marcha de Centros de crisis para víctimas de agresiones sexuales, como servicios públicos interdisciplinares de atención permanente, que ofrecen asistencia en crisis para víctimas de violencias sexuales, sus familiares y personas del entorno.

Partiendo de esta premisa, se plantea la necesidad de una formación integral que permita la comprensión y en abordaje del fenómeno, que incluya los saberes y perspectivas provenientes de diferentes disciplinas, tratando de ofrecer una visión lo más global posible del fenómeno de la violencia sexual, de su prevención, así como de la reparación a la víctima de este tipo de delitos.

La formación que ofrece el curso "Violencia Sexual: prevención, detección e intervención desde el Trabajo Social" pretende formar a trabajadoras y trabajadores sociales en la prevención, detección e intervención en situaciones de violencia sexual.

Las temáticas que se imparten en el mismo están preparadas para lograr paulatinamente visibilizar y sensibilizar en la realidad de la Violencia Sexual, profundizando en las herramientas de sensibilización, diagnóstico y valoración, favoreciendo espacios que ayuden a las y los profesionales que intervienen en esta materia, a la reflexión y el análisis. Todo ello con el objetivo de favorecer la eficiencia de la intervención profesional, unificando criterios sobre las dificultades que se presentan en el trabajo diario


El Desarrollo Profesional Continuo representa un compromiso personal y ético del profesional en el mantenimiento de su competencia para alcanzar la excelencia en la intervención.